El colegio apostólico de San Francisco de Pachuca y sus misiones del noroeste de México

Cuando se recibió la invitación para escribir algunas palabras acerca de Héctor Samperio Gutiérrez que sirvieran de introducción a esta publicación, se pensó que sería tarea sencilla si se aprovechaban los recuerdos de la amistad que se mantuvo con él hasta el día de su fallecimiento, acaecido el pasado mes de marzo en la ciudad de Querétaro.
Sin embargo, días después se advirtió, no obstante las supuestas ventajas, que una personalidad académica con la trayectoria de Héctor Samperio, no era tarea sencilla de describir y se corría el riesgo de la imprecisión y presentar una idea fragmentada de su quehacer. Entonces para evocarlo no era necesario repasar las múltiples actividades desarrolladas a lo largo de su vida, y cuyos pormenores de algunas de ellas se desconocían. Bastaba recordarlo como historiador, su actividad profesional más representativa y que adoptó con verdadera convicción de su función social. Sobre esto se propone escribir brevemente.
Su formación académico-profesional la emprendió en el Moctezuma collage de nuevo México donde estudió filosofía, teología y humanidades. Posteriormente en Canadá recibió cursos de metodología de la historia, antropología, criminología, relaciones humanas y desarrollo organizacional, estudios que junto con los anteriores le dieron la formación académica y la metodología necesaria para convertirlo en un profesional de la historia, al grado de estar considerado como uno de los más sólidos investigadores de esta disciplina en el estado de hidalgo.
Su rigurosidad en el quehacer historiográfico, se manifiesta en sus diversos trabajos publicados en libros y revistas especializadas, además de sus contribuciones a periódicos de Pachuca y Querétaro. al repasar su aparato crítico, advertimos la importancia que otorgaba a la investigación documental y otras fuentes primarias. Sabía que la información de archivo era básica e indispensable para emprender trabajos novedosos y dar a la historia su carácter de ciencia social.
Este explicable interés por los archivos le llevó a pasar largas horas de intensa búsqueda de los documentos necesarios para abordar los temas que le interesaba investigar. Nunca se conformó con consultar ese gran repositorio que constituye el archivo general de la nación en México, ni con los archivos locales del interior de la república. Su búsqueda le llevó a colecciones de documentos mexicanos en ciudades y universidades de los estados unidos de Norteamérica.
Identificado plenamente con la provincia que le vio nacer y convencido de que los hechos históricos regionales significativamente enriquecen los grandes procesos nacionales, su principal producción historiográfica es de carácter regional. En este orden, fomentó la investigación histórica que dentro de diversas instituciones civiles de provincia se realizaba, en gran parte propiciada por la asociación mexicana de historia regional, en la cual participó con amplitud.
Fue precisamente durante el primer encuentro de historiadores de provincia, celebrado en san Luis potosí, que junto con otros investiga dores decidió participar en la creación del centro hidalguense de investigaciones históricas, a.c., llamado por sus siglas el cehinhac; del cual fue su vicepresidente y presidente honorario.
Debido a su experiencia, sabía que las tareas de investigación en provincia no eran empresa sencilla. Reconoció con abierto criterio, que los recursos para financiar los proyectos de investigación y la publicación de sus resultados deberían ser proporcionados muchas veces por los propios investigadores. Percibía que cuando los había oficiales, éstos estaban sujetos a la voluntad o interés político, con lo cual la mayoría de veces, la parcialidad y objetividad de la historia se perdía o condicionaba. Héctor Samperio fincó la esperanza de consolidar al cehinhac como un centro de investigación alejado de compromisos e injerencias de toda índole, ilusión que el tiempo se encargó de desvanecer.
Su persona no puede desligarse de la biblioteca “Leonor Gutiérrez de Samperio”. Adelantándose un poco a la idea de apoyar el posible surgimiento de un centro de investigaciones históricas para el estado de hidalgo y
Naturalmente para su propio provecho, inició la formación de esa biblioteca.
El material bibliográfico reunido a lo largo de su vida llegó a contar con cerca de ocho mil volúmenes. el valor de la biblioteca, por mucho tiempo el mejor acervo bibliográfico especializado en historia en el estado de hidalgo, no estaba fincado en el crecido número de sus volúmenes, sino en lo selecto de sus textos sobre teoría y filosofía de la historia, de historia de México, de Latinoamérica, universal, de la iglesia, de los estados unidos de Norteamérica y su guerra con México; con colecciones encuadernadas de revistas especializadas y un fondo relativo al estado de hidalgo, con ejemplares valiosos tales como la memoria de la comisión científica de Pachuca, el diccionario de la nomenclatura de las calles de Pachuca propuesta por Gabriel Mancera, las constituciones municipales del colegio apostólico de san francisco de Pachuca, los tradicionales libros de Teodomiro manzano y el por entonces, indispensable catálogo de construcciones religiosas del estado de hidalgo. Ciertamente el acervo con temas hidalguenses era corto, pero fincaba esperanzas de verlo crecer con las esperadas publicaciones del cehinhac.
Héctor Samperio manifestó interés por incrementar constantemente el acervo de la biblioteca con novedades historiográficas. Muchos sábados de aquellos años que con regularidad funcionó el cehinhac, invariable mente se llegaba a encontrar sobre la mesa de su sala de sesiones, libros, muchos libros que presentaba con verdadero orgullo.
En la biblioteca “Leonor Gutiérrez de Samperio” se convirtió en centro de atención para investigadores nacionales y extranjeros. Muchos recurrieron a ella en busca de información y la orientación de Samperio sobre temas hidalguenses. En ese espacio atendió a personalidades de la historia como Woodrow borah, sherburn Cook, Doris m. ladd, Edith boortein couturier, Franz schryer, jaques galinier, lino Gómez Canedo, alicia oliveira de bonfil. alejandra moreno toscano y otros con los cuales mantenía lazos académicos y profesionales.
Provechosas fueron las visitas de estos investigadores. Borah sembró la inquietud para la búsqueda de los archivos locales, misma que años
Después daría frutos al encontrarse el archivo histórico del poder judicial. Asimismo a sus instancias, varios de estos connotados historia dores y antropólogos ofrecieron conferencias en algunas ciudades del estado de hidalgo y publicaron sus trabajos en las páginas de la revista y colecciones del cehinhac.
Consideraba a la historia como un patrimonio vital de los pueblos. Conocerla era necesario para evitar que el progreso llegara sin romper con el pasado, ya que la historia permite reafirmar la identidad de los pueblos. Por tanto, para que la historia cumpliera con esta parte de su función social, los resultados de las investigaciones tenían que darse a conocer. Su difusión era necesaria y obligada para permitir la apropiación del cono cimiento histórico en beneficio de los propios pueblos.
Para cumplir con este objetivo, apoyó la creación del proyecto editorial del cehinhac. el proyecto contemplaba dos tipos de publicaciones independientes de la revista teotlalpan, su órgano oficial de difusión. Uno de ellos estaría dirigido a profesionales, con estudios monográficos de fondo, respaldados por un riguroso aparato crítico, el segundo, más popular, constituiría una serie de monografías cortas con información básica sobre historia hidalguense abordando temas cercanos a la identidad popular y accesible para el común de la población, sin excesivo aparato crítico pero riguroso profesionalmente. Para el primer proyecto buscó el apoyo económico de sus conocidos y amigos, así surgió la llamada colección ortega-falkowska, para recordar los nombres de sus mecenas; y para el segundo, surgió la denominada biblioteca popular de historia hidalguense, financiada en su mayor parte con recursos del propio Héctor Samperio. Por desgracia, diversas circunstancias, que no viene al caso recordar, le impidieron continuar con su proyecto de difusión.
No obstante podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que ambos proyectos editoriales fueron los primeros intentos sistemáticos por publicar la historia hidalguense. El observar desilusionado cómo se derrumbaba el cehinhac, al cual aportó grandes esfuerzos, seguramente influyó en su decisión de entregar la biblioteca a la universidad autónoma del estado de hidalgo como acervo especial integrado a su sistema Bibliotecario. Por un tiempo se incorporó a la propia universidad con proyectos específicos de investigación histórica; después marchó a la ciudad de Querétaro e ingresó, a la universidad de esa entidad, donde ocupó la coordinación del departamento de investigaciones antropológicas. Desde ahí emprendió investigaciones de carácter histórico y etnológico con temas de interés, tanto para esa entidad como para el estado de hidalgo, pues como él mismo señaló a la luz de sus investigaciones: “…Querétaro e hidalgo, aún antes de su constitución como estados, comparten una historia común que se ha prolongado hasta nuestros días”.
Debemos mencionar también su compromiso con algunas causas sociales, particularmente con aquellas que aglutinan los reclamos de las clases desprotegidas, particularmente los campesinos e indígenas. En el primer caso promovió programas de desarrollo rural en hidalgo, puebla y Veracruz. Participó en la fundación de las escuelas radiofónicas de huayacocotla para la educación fundamental de campesinos e indígenas.
Los indígenas de México y Latinoamérica y sus grandes problemas históricos y actuales fueron centro de su atención. Sobre este punto, durante muchos años trabajó en su favor en diversas instituciones eclesiásticas, nunca en gubernamentales, labor que le llevó a viajar por México, el resto de Latinoamérica, los estados unidos de Norteamérica y el Canadá, promoviendo programas de mejoramiento en zonas indígenas.
De los conocimientos adquiridos durante sus viajes por el sur del continente, nació su espíritu de identidad iberoamericana, que podía advertirse claramente a través de su conversación y materialmente en el fondo bibliográfico que sobre la historia de los países latinoamericanos estaba integrado a la biblioteca “Leonor Gutiérrez de Samperio”

Elemento Descripción
Autor Héctor Samperio Gutiérrez
Título El colegio apostólico de San Francisco de Pachuca y sus misiones del noroeste de México
Subtítulo N/A
ISBN 968-6806-46-6
Editorial © 1998. Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo
Serie Cuadernos Hidalguenses
Fondo Consejo Estatal para la Cultura y las Artes
No. de páginas 68
Número y año de edición Primera Edición 1998
País México

Add Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

I accept the Privacy Policy